Las diástasis de los rectos abdominales es un fenómeno que habitualmente se produce durante el embarazo y puede persistir en el periodo post parto, aunque es muy común, aún no existen enfoques estandarizados y efectivos para medir, diagnosticar y tratar la diástasis en esta población.
Esta alteración de la pared abdominal se produce cuando los músculos rectos del abdomen se separan por distensión a nivel de la línea alba, la línea media del cuerpo. Generalmente se considera diástasis cuando hay una separación de esta línea al menos de 2 cm, catalogándose de leve cuando es menor a 3 cm y compleja cuando es mayor a 5 cm. El manejo generalmente es conservador, pero en los casos donde hay diastasis compleja con complicaciones adyacentes, como hernias, dolor y problemas funcionales del suelo pélvico, se recurre a cirugía.
La mayoría de las mujeres experimentan una recuperación espontánea a corto plazo durante el post parto, pero muchas otras expresan preocupación por la falta de recuperación al pasar los meses, esto hace que generalmente las mujeres desistan de la actividad física, produciendo un impacto negativo en su salud, sobre todo en términos de funcionalidad y autoestima.
Los beneficios de la actividad física están establecidos por la organización mundial de la salud y recomiendan a las mujeres iniciar o continuar con sus programas de ejercicio durante el embarazo y el post parto, si bien el ejercicio de manera genérica siempre va a ser bueno en términos de prevención y manejo de la salud, aún falta información sólida que determine cuál es el mejor manejo en los casos persistentes.
La evidencia actual no apoya la creencia popular que el ejercicio físico y en particular los llamados abdominales puedan empeorar la diástasis, un reciente estudio analizó a dos grupos de mujeres con diastasis leve, donde a ambos grupos se les dio una rutina general de ejercicios en común durante 12 semanas. A uno de estos se le agregó una serie de ejercicios de abdomen con flexión de tronco o curl up.
Al término se pudo observar que el grupo donde hubo trabajo abdominal las mujeres tuvieron una mejora significativa en funcionalidad y de fuerza de los rectos abdominales, pero no hubo una reducción ni aumento en el tamaño de las diastasis, en el caso de las mujeres que no realizaron el trabajo abdominal, hubo también una mejora en función, pero tampoco hubo un cambio en el tamaño de la diastasis.
El manejo más recomendado por los médicos sigue siendo la rehabilitación con ejercicios que enfaticen en los músculos del suelo pélvico y estabilizadores de la pelvis, ya que han demostrado mejoras importantes en el aspecto físico de la pared abdominal, funcionalidad y dolores asociados como el dolor lumbar. Los abdominales hipopresivos y otros trabajos de Core que no aumenten la presión intraabdominal (PIA), también han demostrado buenos resultados en estos términos, pero aún los pronósticos siguen siendo reservados para la mayoría de las mujeres en cuanto a la disminución del tamaño de la diastasis y su recuperación total.
Pilates Reformer y abordaje en la diástasis
El Pilates es un entrenamiento que tiene muchos beneficios tanto físicos como mentales y ha demostrado ser una alternativa válida en términos de salud, ya sea en el periodo de embarazo o en el postparto. El Pilates contemporáneo guiado por instructores calificados puede ser un herramienta segura y eficiente para la mejora en estos casos, ya que este método también pone un foco importante en el trabajo de los músculos profundos del Core o centro, donde se encuentran el transverso abdominal y el suelo pélvico. La activación eficiente de estos músculos mejora el control lumbo pélvico y hacen que la pared abdominal se fortalezca de manera equilibrada sin aumentar demasiado la PIA.
Si bien la evidencia actual no demoniza la serie abdominal con flexión de tronco, es importante realizar un trabajo progresivo y gradual al momento de reintegrarse a las clases. El constante cambio físico que experimenta el cuerpo durante la gestación, hará perder la eficacia en la activación de los músculos profundos del centro y de una colocación pélvica adecuada, por lo tanto, se recomienda empezar desde el nivel básico en el desafío abdominal, partiendo desde la concientización y la reeducación del principio de centralización y colocación pélvica, con el objetivo de volver a gestionar adecuadamente la PIA.
Este enfoque se deberá realizar incluso con aquellas alumnas que llevan años practicando, donde la serie supino será ideal para empezar las primeras semanas antes de realizar un trabajo abdominal más desafiante con flexión tronco.
Si bien la serie abdominal tradicional de Pilates en general no produce un aumento excesivo de la PIA, la flexión de tronco se incorporará de manera más tardía y se irá progresando en el tiempo con variantes alternativas, además será importante contar con el apoyo médico correspondiente para poder hacer un seguimiento y objetivar la evolución.